El juego consta de dos barajas de cartas y peones nueve. La baraja a su vez, está dividida en cartas de tropa (sesenta cartas en seis colores y numeradas del 1 hasta 10) y cartas tácticas (nueve cartas especiales) con la que los jugadores podran realizar movimientos tácticos, como bien se deduce de su nomenclatura.
El objetivo del juego es la disputa y obtención de cinco peones (o tres adyacentes) de los nueve que han sido colocados en línea y que simulan el campo de batalla. Los jugadores, uno enfrente del otro, se turnarán en jugar una de las siete cartas de la que consta su mano y robaran otra dando por terminado su turno, por lo que siempre tendrán 7 cartas que gestionar.
Jugamos una carta de nuestra mano y la pondremos en nuestra zona de juego delante de uno de los nueve peones en disputa. Una vez colocada y en sucesivos turnos, intentaremos construir una formación de tres cartas, obteniendo una combinación ganadora respecto a la formación de nuestro oponente en el peón en disputa y así abrir brecha en este punto. Las diferentes combinaciones de las formaciones son:
- Cuña (wedge): 3 cartas en escalera de color.
- Falange (phalanx): 3 cartas del mismo valor.
- Batallón (battalion): 3 cartas del mismo color.
- Escaramuza (skirmish): 3 cartas en escalera.
- Horda (host): 3 cartas cualquiera.
Obviamente el enfrentamiento de formaciones del mismos nivel, por ejemplo enfrentamientos de dos cuñas, obtendrá el peón aquella que tenga mejor calidad numérica.
Una vez jugada nuestra carta, el jugador debe robar otra para completar la la mano. Esta puede ser una carta táctica o de tropa, a elección del jugador, que podrá jugar en el siguiente turno. Las cartas de tácticas tienen una limitación a la hora de ser jugadas, y es la de no haber jugado más de dos, respecto a las jugadas por tu contrincante. Las cartas tácticas pueden modificar (de hecho modifican) combinaciones en la formación de tropas y la metodología de juego (estas vienen con texto y queda claro sus acciones especiales) lo que no pueden es influir o alterar aquellas es en formaciones o cartas, cuyos peones ya han sido otorgados a un vencedor.
Fotografía extraída de la BGG
Battle Line es el clásico juego de cartas de gestión de la mano, donde los jugadores deben jugar una carta por turno obligatoriamente, que es lo que lo hace al juego muy táctico. Las reglas son simples, claras y fáciles de aprender. En un par de turnos se aprende sobradamente la mecánica de juego. Sin embargo, se tardará un tiempo en aprender "como se gana".
El ser un juego de cartas donde la mano inicial y el robo de cartas se realiza en un mazo común, hace que el componente azaroso sea notable. Normalmente, en el primer turno, el jugador tendrá que empezar una formación sin tener garantías de obtener aquellas de cartas necesarias para completar una formación fuerte. Por lo que se adquiere un compromiso de inicio que te ata a un valor, y es posible (pero no muy común) que tu oponente lo uso para atacar este punto jugando una mayor formación en ese peón.
En Battle Line te ves obligado a jugar una carta, incluso cuando no quieres jugarla. Si estamos muy atentos, esto puede darnos información de nuestro oponente y declara en que peones puede ser más débil y actuar en consecuencia, por lo que estamos ante un sutil componente de faroleo. Debido a esta obligación, podemos vernos obligados a jugar en una formación y reducirla a una horda "sin orden ni concierto" (host). Esto dota al juego una gran dosis de tensión y lo hace brillante y elegante.
Uno de los momentos clave más emocionante, tenso y táctico del juego, es a la hora de reclamar un peón por un jugador, cuando este completa una formación de 3 cartas. El jugador puede reclamar dicho peón antes de robar su carta del mazo. Si el adversario ya tiene la formación de 3 cartas construida, la resolución es obvia. Pero si posee menos de 3, el jugador activo deberá demostrar al adversario que no podrá constituir una formación que la supere a la suya ya acabada. Si lo consigue podrá reclamar el peón en pispta pese a que el contrario no haya terminado su formación. A tal efecto, solo podrá usar como información para la demostración las cartas en la zona de juego y visibles, demostrando inequívocamente que la formación mejor es la suya y es imposible superarla. No se podrá desvelar cartas de la mano y las cartas Tácticas no son objeto de impedimento en la reclamación.
Existe una variante oficial, que es la que más me gusta y la que recomiendo, donde el jugador solamente pude reclamar el peón al comienzo de su turno, sin haber jugado su carta. Esto retrasa en un turno de la reclamación de peones, permitiendo al oponente cambiar esta situación con cartas tácticas.
Las cartas tácticas añaden la cualidad de transformar, modificar y cumplimentar formaciones en construcción y la metodología del juego, permitiendo dar giros inesperados e inteligentes por parte de uno de los bandos. Este es uno de esos maravillosos juegos en el cual no debes, ni puedes, vender la piel del oso antes de cazarlo.
Battle Line es un juego abstracto donde el tema que nos proponen es intrascendente. En este juego las matematicas estan al servicio lúdico. El objetivo que formar combinaciones de cartas, estimaciones de probabilidades (que te salgan aquellas cartas que se necesitan en base la las cartas que quedan en el mazo), cuantas formaciones se pueden formas que superen a la mía en un peón dado, lo hacen muy matemático. Es más, aquel que sea capaz de evaluar mejor estadisticamente todos estos aspectos, será el ganador.
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