Sesiones de juego. Eclipse, Las Mansiones de la locura y mas...

Buen mes de febrero con tres estrenos, dos frikikedadas y varias sesiones familiares/ocasionales. Para ser el mes más corto del año, buen número de sesiones lúdicas. 


En una de las dos frikikedadas del presente mes, le dimos un meneo al juego de moda en la actualidad que no es otro que Eclipse. Era nuestra primera partida para todos los presentes y se jugó a seis jugadores. Un juego de apariencia temática, pero con aroma a euro, donde los jugadores encarnamos a un líder de una civilización astral, cuyo único fin es la acumulación de puntos de victoria a lo largo de la partida.

La partida se desarrolla en nueve rondas en las que tuvimos que explorar nuevas galaxias, colonizar planetas e investigar/desarrollar avances tecnológicos, todo esto sazonado con conflictos armados y políticos entre jugadores. A todo lo anterior, añadimos una misteriosa raza galáctica denominada Los Antiguos que funciona de manera autónoma.



Partida entretenida que duró más de 4 horas incluida explicación y que gustó a los presentes en general, aunque a unos más que a otros. El clamor popular concluyó que hay que jugarlo más veces para sacarle todo lo que puede dar de si y tener una valoración mas aproximada de las posibilidades reales que tiene el juego. Espero volverlo a jugarlo.


En la segunda frikikedada de este mes, nos desplazamos a la capital mundial de la Quelita, donde uno de los integrantes tiene su humilde morada. En esta ocasión jugamos a un juego inédito para nosotros hasta ahora, menos para su propietario obviamente y no fue otro que Las Mansiones de la locura. La partida fué a 5 jugadores, donde 4 eramos personajes y el dueño del juego, encarno el rol de Amo del Calabozo.

Estamos ante un juego de rol implementado para tablero, más que uno de mesa. La ambientación es alta, las mecánicas son esencialmente roleras y todo aderezado con puzzles, acertijos y ardides varios a superar por los jugadores.

El juego tiene unos componentes de lujo que ayudan notablemente a embeberse en el tema. Los jugadores deben realizar el esfuerzo por integrarse en la trama ya que si no el juego pierde su razón de ser. Todos aquellos que conozcan los los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft les será mas fácil dicha integración. Si además el director del juego sabe crear buen rollo, la experiencia es divertida y amena.

Poco más de 3 horas duró la experiencia de juego, incluida explicación, para acabar sucumbiendo ante el primigenio.


Después de Las Mansiones de la Locura se propuso jugar al Dixit Odissea. Juego de perfil social donde la mecánica original del juego debe ir acompañada de la imaginación y el buen hacer de los participantes para que el juego funcione. 

Se echaron dos partidas y en general gustó, pero todos pensamos más en grupos alternativos que en el presente, ya que es un juego para jugadores neófitos o menos exigentes, menos duchos en los menesteres a los que estamos acostumbrados en estas frikikedadas que nos ocupan.


At the Gates of Loyang fue el juego que este mes decidimos jugar mi mujer y yo. Llevaba casi un año en la estantería y lo propuse ya que, según había leído, es un juego diseñado para dos, aunque se pueda jugar hasta cuatro personas.

Jugamos dos partidas de las cuales ambos extrajimos gratas sensaciones en ambas partidas. En la actualidad estoy preparando un reseña con mas profundidad (ya está realizada aquí), pero puedo avanzar que es un buen juego de cartas y gestión de recursos, que no perdona errores iniciales. Los dos concluimos en haber tenido mejores impresiones con este que con Agrícola, aunque inferiores a Le Havre, por citar dos juegos del mismo autor.


Diferentes partidas al Uno en diferentes ocasiones y con grupos diferentes. Juego al que mi crío mayor le ha cogido un especial cariño por su sencillez y porque su componente azarosa ha desencadenado con alguna que otra victoria por su parte. 

Jugamos varias partidas a 5 (padres, abuelos y nieto) donde la abuela, sentada a la derecha del nieto, no paraba de echar le una mano a la hora de sujetar las cartas, donde Héctor demostró ser un autentico negado, aunque cada día mejora. 30 minutos divertidos en familia. La otra fue a 6 con unos amigos que vinieron a cenar a casa. Jugamos cuatro adultos y dos niños, 40 minutos de risas y entretenimiento.

La verdad es que este juego no me gusta nada pero no puedo dejar de reconocer que funciona muy bien con niños y neofitos. 


Un par de partidas a este incombustible clásico que es Avionetas Piruetas. Si has tenido la suerte de jugarlo entenderás porqué, pase el tiempo que pase, y juegues con quien lo juegues, la diversión está garantizada.


Como viene siendo habitual, todos las tardes de Domingo son amenizadas con la partidita (una o dos) de rigor al Dominó. Siempre y cuando el pequeño de la casa duerma la siesta y el mayor esté entretenido jugando en el ordenador.

Como siempre, lo mejor de todas estas sesiones lúdicas es la compañía.Esto ha sido todo por este mes, si te gustó puedes votar aquí.